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EL ENTIERRO DE LAS MOMIAS

   Cuatro días de congreso en La Habana que ha servido para determinar la continuidad del partido único y prolongar diez años más la nomenclatura totalitaria comunista; eso sí, con un dirigente joven de 79 años –Raúl Castro- recibiendo consejos  de ese cadáver físico que ahora se exhibe con un chándal y en mecedora, olvidando su medio siglo vestido de verde oliva, disfrazado de guerrillero heroico.

   Raúl y ese geriátrico que le rodea van a intentar que el sistema continúe sin el comandante en jefe y con algunos ajustes de naturaleza económica, agobiado por la miseria galopante que les invade, esperando  dar la impresión de que la trampa les funciona y manteniendo la represión ante cualquier atisbo de reclamación.

   Es la dictadura más estructurada, larga e implacable de este siglo y el mayor fracaso material que registra la historia de las dictaduras latinoamericanas.

   El disparatado sistema comunista impuesto al país es el responsable de la improductividad mas absoluta de la Isla. La vida cotidiana en Cuba es una pesadilla de incomodidades y carencias, con grandes deficiencias de los cinco elementos fundamentales que miden la calidad de vida de la sociedad: la alimentación, la vivienda, el vestido, el transporte, y las comunicaciones.

   En vez de terminar con el ominoso capítulo de la larga y despótica clausura política y social cubana, estas momias vivientes se reúnen para seguir perpetuándose en el poder, demostrado que para lo único que se prepara el régimen es para resistir, cuando lo que Cuba necesita cuanto antes es una transformación hacia la libertad.

   Indudablemente se ha iniciado la cuenta atrás del régimen castrista, pero no es menos cierto que cuando llegue -que llegará- el fin de la tiranía, el daño causado a varias generaciones de cubanos es irreparable.

   El pueblo cubano tiene que deshacerse de estos dictadores y buscar una transición hacia la democracia, pero con estas momias en el poder no es posible ¡hay que enterrarlas!

LOS CONSEGUIDORES

    El próximo mes de mayo los ciudadanos padeceremos la campaña electoral de los variopintos partidos que se presentan a las elecciones municipales y autonómicas. Y como siempre, los mensajes de todo tipo y condición difundidos a través de carteles, mítines y la, aún no desterrada, megafonía callejera, intentarán y conseguirán aburrirnos con tan ineficaz y obsoletos métodos.
   Como los bodorrios folclóricos de ricos, las formaciones que aspiran a situarse en cualquier espacio en el que se presenten echarán la casa por la ventana. Unos, esquilmando a algunos bienintencionados seguidores de las ideas que dicen representar o de interesados con ideas de futuro, otros solicitando créditos que en muchos casos resultan de difícil devolución y, los menos, los que juegan con la ventaja de gastar lo que no tienen pero que la Administración les provee.

   Las subvenciones que ingresarán en sus arcas para sufragar sus campañas electorales (se habla de transferencias por valor de 131 millones de euros, un 33,3% más que el año anterior), más lo que reciban posteriormente por cada voto conseguido, resulta escandaloso en unos momentos en que la economía española está navegando por un mar de gran inestabilidad, el que tan alegremente se dilapide un dinero que hace falta para situaciones mucho más importantes.
   Luego todos nos prometerán lo que saben que no podrán cumplir, y además se amparán en lo mal que está la economía y de que todos debemos apretarnos ese cinturón milagroso que tanto sirve para un roto que para un descosido, mientras pueblan las listas con gentes que se encuentran encausadas y pendientes de juicios, por asuntos generalmente relacionados con el trinque, la recalificación, los despachos de influencias y otras bagatelas tan solo al alcance de políticos y allegados. Y es que lo importante realmente es que no se acabe el momio.


    EL BÁLSAMO DE FIERABRÁS

      Dentro el juego de magia, ilusionismo y prestidigitación a que nos tiene tan acostumbrados nuestro Presidente, nos hace el anuncio del me voy pero me quedo, despreciando no solamente la inteligencia de la sociedad que ha visto con estupor la superficial levedad de este ser tan equivocado y errático, sino hundiendo también las ilusiones de una posible salida de esta crisis que nos ahoga. 

   Ahora amenaza con irse sin hacerlo y habría que recordarle aquello que recoge la famosa ranchera de José Alfredo Jiménez “…pero estás que te vas y te vas y no te has ido…” para evitar que siga dictando sus doctrinas falsarias y su  disposición a dictar sus atrevidas recetas, como si fuese el bálsamo de Fierabrás que todo lo cura.

Por si le faltara algo al circo de la incompetencia, se abre el melón de la sucesión con nombres para todos los gustos. Parece ser que mayoritariamente el foro que mantiene a la tribu del Gran Jefe se inclina por ascender a una persona con un turbio y siniestro pasado político, que está pendiente aún de resolver un asunto en el que tiene una gran responsabilidad política y que, en cualquier país medianamente consolidado democráticamente, hubiera sido obligado a dimitir de su cargo.

     Resulta muy preocupante que los militantes socialistas propongan a un individuo tan sórdido y truculento y con un expediente tan inquietante. El pensar que alguien así pueda algún día dirigir el destino de España, pone el corazón en un puño y a la ilusión el poder verla desaparecer por el sumidero de la indignidad.