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TIERRA QUEMADA

   En la provisionalidad moral, que no legal, de un gobierno en funciones que ha perdido su partido las elecciones legislativas, resulta chirriante el que se tomen a última hora medidas que puedan lastrar de alguna manera el futuro del Gobierno entrante. Se ha desatado una vorágine de ver quien es mas dadivoso en el final de la legislatura, pues se reparte compulsivamente millones de euros con una generosidad inusitada en unos momentos económicos dramáticos para España. Parece el pago apresurado de los últimos favores a los colegas que han recordado los servicios prestados en un grito desgarrado, a la forma y manera en que se le solicitó al político alpujarreño Natalio Rivas en un mitin en Granada, solo que en vez del conocido “Natalio, colócanos a toos”, aquí parece ser que se ha pedido el estipendio acordado.
   De esta manera, un rosario de últimas voluntades en forma de subvenciones se han ido entregando a diferentes colectivos, destacando aquellos recibidos por la corte de la señora Gonzalez-Sinde, en un último servicio a quienes fueron sus colegas antes de ascender al Ministerio de Cultura. Dos dotaciones para ayudas a la amortización de largometrajes y al fomento de la realización de películas en régimen de coproducción internacional. Para la primera operación la ministra invirtió 9.200.000 euros, ampliables en 2.800.000 euros; mientras que para la segunda el importe llegó a los 2.200.000, también ampliables en 1.000.000 euros. En total 15.200.000 euros de los fondos públicos para que sus antiguos compañeros del cine, sector del que ella misma procedía como directora y guionista antes de que José Luis Rodríguez Zapatero le ofreciera la cartera de Cultura, hagan películas.
   Pero siendo grave y reprobable estas concesiones de última hora, no lo es menos, sino mucho más escandalosa, la decisión del Gobierno de indultar, en el último Consejo de Ministros, a Alfredo Saez, que fue condenado por un delito que cometió mientras era directivo del banco Banesto y utilizando un artificio repudiable en el tráfico mercantil como es la falsedad. El indulto lo ha concedido el gobierno del PSOE, tal vez como último favor a quien ha sido, durante las dos legislaturas, su banquero de cabecera y valedor hasta el último momento; es decir, el Sr. Botín. Ahora bien, ¿Dónde están las manifestaciones hacia esta reprobable acción de los partidos políticos como el PP, CiU, PNV, UPyD y otros? ¿Dónde están esos sindicatos tan reivindicativos en otras cuestiones que llevaron a tachar a la banca en algún momento de chorizos y otras lindezas? ¿Dónde están los medios de comunicación que se han escandalizado tantas veces de cuestiones de mucho menor calado? Se han callado o han pasado de puntillas sobre el asunto en una clara afrenta pública.
   Son acciones estratégicas que recuerdan las antiguas batallas en donde el perdedor dejaba tras de si las tierras quemadas para que el enemigo no tuviese utilidad de lo que en ellas se encontrara, solo que aquí, además de esquilmar más si cabe la economía española, dejamos contentos al compañero del alma, compañero.
PROHIBIDO PENSAR


   No tiene España excesiva tradición en la participación de personajes de amplia cultura o refutados filósofos en política, con lo cual demuestran –los ausentes- una lógica acorde con su preparación intelectual. Hay innumerables citas de filósofos griegos –Sócrates, Platón- que demuestran su implicación en su dilatada vida, ejemplo sin duda de sus compromisos políticos entre la verdad, la libertad y el razonamiento. Aquí pocos se atreven a adentrarse en nuestro demagógico mundo de la política y quien lo hace, muchas veces, es por necesidad, por notoriedad o por querer contribuir, con más fe que acierto, a la culturización de la tribu política.
                                                                                                     
   Ejemplos han habido y seguro que seguirá habiendo. La mayoría que lo experimentaron han salido despavoridos, huyendo de esa grey con la que realmente nada tienen en común, salvo alguna conexión ideológica; los menos se han mantenido en un segundo plano, conformes con su rol de acompañantes distinguidos.

   La última aportación de un intelectual al mundo político se ha materializado en la figura de Álvaro Pombo, filósofo, escritor y poeta, además de miembro de la Real Academia Española de la Lengua desde 2004, que ha iniciado la aventura para conseguir asiento en el Senado. Decía el dramaturgo austriaco Franz Grillparzer que quienes son capaces de renunciar a la libertad esencial a cambio de una pequeña seguridad transitoria, no son merecedores ni de la libertad ni de la seguridad, por eso, el librepensador Pombo ha declarado en una televisión opiniones personales sobre determinados asuntos que han levantado ampollas en algunos círculos, acogiéndose a su libertad de pensamiento. El primer lugar en su propio partido por el que se presenta, que ha venido a enmendar la plana, no solamente rectificando sus palabras, sino haciendo además una interpretación de las mismas a su modo y manera. ¡Lo que nos faltaba ver, unos políticos rectificando a todo un académico sobre sus propias palabras!

   Es la confirmación de la regla no escrita de que un político no puede tener criterio propio, que son piezas intercambiables destinadas a rellenar una lista con figuras emblemáticas, pero sujetos al dictado de sus respectivos programas, por descabellados que sean, y por encima del respeto a los criterios propios, circunscribiéndolo a un mero papel decorativo.

   No creo que dure mucho en política Álvaro Pombo. No encaja en un mundo que se miente más que se habla y cuyas promesas son casi siempre lágrimas para el ciudadano y éstas, como dice el poeta, van a parar al mar.