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    EL BÁLSAMO DE FIERABRÁS

      Dentro el juego de magia, ilusionismo y prestidigitación a que nos tiene tan acostumbrados nuestro Presidente, nos hace el anuncio del me voy pero me quedo, despreciando no solamente la inteligencia de la sociedad que ha visto con estupor la superficial levedad de este ser tan equivocado y errático, sino hundiendo también las ilusiones de una posible salida de esta crisis que nos ahoga. 

   Ahora amenaza con irse sin hacerlo y habría que recordarle aquello que recoge la famosa ranchera de José Alfredo Jiménez “…pero estás que te vas y te vas y no te has ido…” para evitar que siga dictando sus doctrinas falsarias y su  disposición a dictar sus atrevidas recetas, como si fuese el bálsamo de Fierabrás que todo lo cura.

Por si le faltara algo al circo de la incompetencia, se abre el melón de la sucesión con nombres para todos los gustos. Parece ser que mayoritariamente el foro que mantiene a la tribu del Gran Jefe se inclina por ascender a una persona con un turbio y siniestro pasado político, que está pendiente aún de resolver un asunto en el que tiene una gran responsabilidad política y que, en cualquier país medianamente consolidado democráticamente, hubiera sido obligado a dimitir de su cargo.

     Resulta muy preocupante que los militantes socialistas propongan a un individuo tan sórdido y truculento y con un expediente tan inquietante. El pensar que alguien así pueda algún día dirigir el destino de España, pone el corazón en un puño y a la ilusión el poder verla desaparecer por el sumidero de la indignidad.


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