LA
LEY DEL TERROR
No se si el angelito Carromero será culpable o no de
ese hipotético accidente que le ha costado la vida a uno de los disidentes más
importantes en Cuba –de los que van quedando tras la limpieza castrista-. La
verdad es que el tal Carromero tampoco presenta un perfil de lo más
recomendable socialmente, pero este accidente
huele más a ejecución que a un accidente de tráfico.
Si había alguna esperanza de que Cuba mudara su careta ultracomunista con la asunción de la jefatura por parte de Raúl Castro -quien en los inicios de la revolución controlaba los resortes del terror- pronto se ha salido de dudas, ya que rápidamente se ha podido ver la penosa subordinación a las directrices del cadáver viviente de su hermano y su irracional dictadura personalista. Con solo cuatro parches que le ha puesto al sistema productivo cubano no se ha podido engañar a nadie, pues la dictadura de partido único sigue exactamente igual que desde su fundación, creado hace más de medio siglo por ese fanático disfrazado de guerrillero heroico y vestido de verde oliva.
El balance de todo este tiempo
en Cuba es pavoroso: miles de presos políticos, más de dos millones de
exiliados, millares de fusilamientos, persecución de cualquiera que esté en
contra del régimen, familias destrozadas, hambre, miseria y restricciones en
pleno siglo XXI. Todo ello lleva al mayor fracaso material que registra la
historia de las dictaduras latinoamericanas. Y todo por esa figura terrorífica
de un hombre patológicamente caprichoso, unido al disparatado sistema comunista
impuesto al país que ha llevado a una total improductividad casi asombrosa de
la isla; con una sociedad cerrada y represiva en donde se alienta el espionaje
vecinal y cuya única misión que se adivina en la sucesión del mando es preparar
al régimen para seguir resistiendo contra todo y contra todos.
Con este historial es difícil
creer que las cosas en Cuba ocurran por casualidad. Solo los fanáticos que
siguen creyendo en un sistema que afortunadamente va desapareciendo en el mundo
–aunque los que quedan se aferran a él a dentelladas- y que tanta muerte y
desolación ha traído en el mundo, siguen defendiendo al régimen cubano, sin
olvidar a parte de esa izquierda cegata que se resiste a condenarlo y que en
demasiadas ocasiones incluso defiende.
No hay comentarios:
Publicar un comentario