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SILENCIOS COMPLICES

   No se sabe muy bien si en el ánimo de los ciudadanos pesa más la ira o el desconcierto, cuando se trata de dilucidar el comportamiento del patriarca de la familia Pujol y su prole. Posiblemente sea una persona entrañable entre su circulo mas intimo y personal, pero desde la lejanía de todo tipo, la presencia física del personaje transmite la sensación de un carácter antipático, forjado en su reiteración de la soberbia y la arrogancia, sobrado de vanidades y distancias.

   El que vaya a utilizar todas las argucias legales para defenderse de lo que gracias a esta crisis se está conociendo, aunque sea legal –las argucias- lo que cuenta es que ha reunido el cinismo necesario para haber convertido durante tanto tiempo el enorme enriquecimiento, presumiblemente ilícito, como fuerza de choque para detener, ante los sucesivos Gobiernos del Estado, el secesionismo catalán.


  Uno de los problemas de que hayamos conocido tantos años de escándalos económicos que han salpicado a políticos de todo signo, es que está sirviendo para que, a pesar del goteo incesante de cifras y desfiles por los juzgados, esté cayendo en los ciudadanos una coraza que nos impermeabiliza, a pesar de que se cuentan los desmanes por millones de euros; y eso en unos momentos en que una parte importante de la población subsiste en unas condiciones económicas muy precarias.

   Se ha actuado por instancias a las que se les debe exigir prudencia, por ser depositarios de los impuestos de los ciudadanos, con una generosidad hacia algunos –generalmente los mas afines política y familiarmente- que produce vergüenza y estupor. De aquellos que los reciben, que se puede esperar. Hermann Rauschning transcribió en 1939 esta personal confidencia de Hitler: «Siempre les digo a los míos que disfruten y se enriquezcan... Haced lo que queráis, pero no os dejéis pillar». Esta parece ser la norma. 

   En los silencios de algunas personas hay que preguntarse cuál de los silencios es prudente y cuál disimula mal que el objetivo de permanecer callado sólo es seguir llenándose la barriga. O mantenerse en el poder. Porque lo que ya resulta inadmisible es que nos enteremos ahora que el archivo de la causa contra el expresidente catalán, por el caso Banca Catalana, ocho magistrados votaron en contra, y que también fueron ignorados los informes del juez instructor y la de los dos fiscales nombrados al efecto, donde se detallaban “tantos o mas delitos que en el caso Rumasa”; pero ya por entonces se ejercía presión sobre el Gobierno aludiendo a la contención de las ansias secesionistas de Cataluña a cambio de no intervenir en los negocios familiares.

   En opinión de una de las magistrados que votó en contra del archivo de aquella causa, en una reflexión en voz alta realizada ante un periodista, señaló que le quedaba una cierta amargura al pensar que si en su momento hubieran adoptado otra decisión, quizás la historia hubiera sido distinta.

   Si hubiera sido procesado en aquel momento la cabeza visible del nacionalismo catalán, no se hubiera sustentado la corrupción estructural, no solamente en Cataluña, sino que el ejemplo del procesamiento del Honorable Pujol en esa autonomía, hubiera sido una buena piedra de toque ante la avalancha de desmanes que estamos conociendo en el resto de comunidades.







1 comentario:

  1. en efecto, si en Banca Catalana se hubiera hecho justicia plena, otro pujol nos cantaría.
    saludos blogueros, Enrique

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