Páginas

    UN NUEVO SINDROME



   Además de los síndromes más comunes de genética médica, las nuevas tecnologías hacen que aparezcan nuevos síndromes relacionados con el uso abusivo e indiscriminado de los medios a su alcance. Según un estudio realizado en la Universidad de Essex en el Reino Unido, tres de cada diez personas están afectadas por lo que se denomina FoMO (Fear of Missing Out) o miedo a perderse algo.
   Dan Ariely, investigador de la Universidad de Duke en EE.UU., establece que los afectados por este síndrome lo son como consecuencia del exceso de información al que estamos expuestos en las redes, que hace que se sientan frustrados e inseguros, muchas veces motivado por verse excluidos o aparentemente desplazados en algunas de las redes sociales por las que transitan; y en respuesta, esas personas tienen la necesidad de publicar y comentar sobre si mismos, con el fin de aparentar una imagen mas interesante a ojos de los demás.

   Podría definirse el síndrome como la ansiedad que sufren algunas personas por perderse la oportunidad de pasar un buen momento, de encontrarse protagonista;  una sensación que acrecientan las redes sociales al convertirse en un escaparate de lo que hacen los demás.
   El investigador y psicólogo Andy Przybylski determina que el sufrir un alto grado de afectación, pueden desarrollar otros trastornos porque “El temor a perderse algo  no es nuevo, pero el aumento de los medios sociales ofrece una ventana a la vida de otras personas que nunca se cierra, y las personas con un alto grado de FoMO viven en una realidad paralela”
   Ya empieza a resultar preocupante el ver a tanto joven en grupo sin dialogar, solo pendientes de sus móviles o tabletas; o personas paradas o andando en medio de la calle contestando a mensajes sin observar si con su actitud está provocando interrupciones o poniendo en peligro su integridad física. De la estúpida y peligrosa costumbre de conducir un vehículo mientras se mantiene una conversación telefónica, con el teléfono pegado a la oreja y, por tanto, sin acompañar el volante como es preceptivo, se está viendo el hacer lo mismo pero de una forma más peligrosa si cabe, pues se intenta escribir mensajes, con lo que supone de separar la vista del frente por donde se conduce.
   Es la parte negativa de la tecnología, pero no por ella misma, sino por un uso inadecuado. Son juguetes peligrosos en manos de gente débil, incapaz de controlarse. Es como el jugador adicto o el empedernido vicioso. Es como una nueva droga tecnológica al alcance de cualquiera, capaz de ayudarte y facilitarte el trabajo y las relaciones, siempre que, como toda droga, seas capaz de no perderte por ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario